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"Travieso" Arce y la ventaja en la rehidratación que decide peleas

Este reportaje es parte de la serie de ESPN Digital, “Los kilos mortales del Boxeo y las MMA”, que investiga las exigencias físicas a las que se someten los peleadores para cumplir con el peso divisional antes de cada pelea y sus consecuencias.


Jorge “Travieso” Arce, ya retirado del boxeo, fue el primer mexicano en conquistar cinco títulos mundiales en diferentes categorías. Hoy confiesa estar alejado casi totalmente del pugilismo y disfruta por completo de la vida familiar. Su charla con ESPN Digital fue una excepción y sirvió para sumar un punto de vista de mucho valor para comprender la realidad de la deshidratación y las exigencias a las que el peso divisional somete a los profesionales.

En ese aspecto, Arce aportó un dato revelador que ratifica la importancia de la mala o buena rehidratación como la mayor causa física que influye directamente para decidir peleas y campeonatos.

“Sin duda es esa la gran ventaja y soy un ejemplo de ello”, afirmó. “Tanto en minimosca, mosca o supermosca yo recuperaba mucho peso de un día para otro, ese era mi cuerpo, era recuperación natural. Una vez – prosiguió – no querían dejarme pelear porque di 112 libras al pesaje y ya estaba en 135 libras a la hora de la pelea, era mucho, más de 20 libras que había recuperado”.

Arce entiende que esa condición natural beneficia a algunos boxeadores, al tiempo que quien no la tiene se ve perjudicado. “Hay otros boxeadores que no recuperan nada y esa era la ventaja que yo tenía arriba del ring, que recuperaba mucho peso, por eso ganaba. Pero, a medida que fui subiendo divisiones fui recuperando menos peso y en la última categoría, en pluma, perdí porque no recuperé mucho y mi rival (Johnny González) recuperó más que yo y estaba más pesado”, dijo.

“Yo entiendo que cada boxeador tiene su metabolismo, cada cuerpo es diferente y nadie es igual que nadie a la hora de bajar o subir de peso. Pero si, acepto que deben tomar medidas más drásticas proteger la salud de los boxeadores antes de cada pesaje, que se recuperen y eviten accidentes”, consideró.

Ante esa realidad, le preguntamos a “Travieso” Arce si no ha llegado el momento de emparejar las condiciones, evitando esas diferencias de peso o estableciendo reglas claras, como la universalización de las 10 libras de rehidratación en el segundo pesaje que utiliza la FIB.

“Antiguamente los pesaban a las 12 y peleaban a la noche, entonces no lograban recuperarse y había más accidentes. Para mi es correcto que el pesaje sea como hoy, 24 horas antes de la pelea, lo cual le da un tiempo prudencial al boxeador para llegar en condiciones de dar un buen espectáculo en el ring”, sostuvo.

Arce, no obstante, aceptó que al existir púgiles que no recuperan mucho peso, siempre estarán en desventaja, ante lo cual la existencia de un límite establecido en el segundo pesaje podría ser la solución intermedia.

“Si una medida como esa (rehidratación a 10 libras) hubiera estado vigente en mis peleas, me hubiera perjudicado”, reconoció. “Yo recuperaba mucho peso, dos horas después del pesaje ya estaba diez libras arriba, porque, repito, ningún metabolismo es igual al otro.”


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“Si lo que quieren es emparejar, o sea, combatir sin diferencias o ventajas, entonces que los pesen una hora antes de la pelea como el amateur, que pasan por la balanza a las 7 y pelean a las 9, es decir, dos horas antes de la pelea”, sugirió.

Pese a sus ventajas naturales, Jorge Arce nunca firmó una cláusula de rehidratación para alguna de sus peleas, algo que en el tiempo reciente ha sido muy común: campeones colocando límites al exceso de peso en sus rivales como ocurrió en la última pelea de Canelo Alvarez (Fielding) y también ocurrirá en la próxima (Jacobs).

LA METODOLOGÍA DE UN CAMPEÓN

Su método de preparación, mientras tanto, se caracterizaba por la disciplina y la buena supervisión.

“Yo bajaba de peso paulatinamente, empezaba a prepararme dos meses y medio antes de cada pelea. Despacio y con dieta adecuada, los últimos tres kilos los bajaba en la semana de la pelea”, reveló. “Luego del pesaje, me hidrataba para recuperarme, tomaba suero, comía, pastas, carbohidratos, arroz, comida china, pollo, pastas, y después de comer me tomaba mi café con mucha azúcar; recuperaba 15 libras o más de un día para el otro”.

Arce no recuerda malas experiencias con la hidratación, excepto una sola oportunidad al comienzo de su carrera.

“Fue hace mucho, me pesaban el mismo día, peleaba a la noche y no alcance a recuperarme bien, comí tarde, carne asada y en la pelea los golpes a la zona baja, me lastimaban. O sea, fui después de comer a pelear, lo que fue una locura”, entendió. “No sé cómo hice esa noche para aguantar y ganar la pelea.”

Arce tomó esa mala experiencia como un buen aprendizaje y encaró su rutina con mucho profesionalismo. Algo que también apunta como otra razón para sus victorias.

“Yo entrenaba mucho, pero siempre me rodee de gente experta, un buen nutriólogo, un buen preparador físico y siempre llegaba muy bien desde lo físico a cada pelea,” aseguró. “La preparación, la condición y la recuperación es lo que me sacaba adelante”.

El ex campeón mexicano, también se permitió criticar a quienes se toman esa parte de la preparación sin la debida responsabilidad y no dudó en formular consejos.

“El boxeo es un deporte duro, muy riesgoso, y los boxeadores, a veces irresponsablemente, cometen errores, bajan demasiado de peso sin medir consecuencias. También hay mucha ignorancia, muchos entrenadores que no saben trabajar a a sus pupilos y los deshidratan “a lo bruto”, denunció. “Con el afán, el sueño de ser campeón mundial, el boxeador le hace caso al entrenador y ellos no te saben rehidratar después del pesaje. He visto a boxeadores que después de un pesaje se toman una coca cola, eso es lo peor, es gas, hay que tener suero, uno pierde electrolitos. Hay mucha ignorancia en el boxeo - insistió-. Yo creo que no estaría demás darles cursos de nutrición a los entrenadores para evitar accidentes”

Por último, Arce se refirió a la situación que vivió Luis “Panterita” Nery en Japón, donde se excedió en cinco libras al primer pesaje de su segunda pelea contra Shinsuke Yamanaka por el título CMB del peso gallo y solo pudo bajar dos libras para el segundo pesaje. En la pelea que se realizó de todas maneras, Panterita volvió a noquear al nipón. Luego fue sancionado de por vida para pelear en Japón y por cierto también fue despojado del cinturón.

“Japón fue muy duro con Luis Nery – dijo –, lo que pasa que estabán doloridos porque Panterita noqueó la primera vez al ídolo local, a Yamanaka, entonces cuando lo volvió a noquear, por castigo no lo quieren más allá y lo sancionaron de por vida”, sostuvo. ‘Fue una injusticia porque no es el único boxeador que se ha pasado en la balanza. La gente no sabe todo lo que uno hace para dar el peso, se deshidrata, se mete al sauna, al vapor, al yacuzzi, brinca cuerdas, se encierra bajo mantas gruesas. La gente no tiene ni idea de los sacrificios enormes que hace uno para marcar el límite”.

“El boxeo es también un deporte muy riesgoso y si peleas en un peso más grande te pueden lastimar, entonces todo el mundo trata de dar menos peso para poder pelear contra alguien de su tamaño”, reconoció. “Es esa una realidad inevitable y difícil de cambiar”.