Boxeo
Bernardo Pilatti | ESPN Digital 5y

Oscar Valdez a Ligero Jr. y no sería el único en cambiar de división

Cuando debía enfrentar a Shakur Stevenson en pelea obligatoria, Oscar Valdez renunció a su cinturón de campeón OMB en la división pluma para subir a la división inmediata, Ligero Jr. (130 libras). La decisión tuvo una variedad de interpretaciones entre los fanáticos. Se habló de una maniobra para evitar a Stevenson, se habló de una estrategia de TopRank para potenciar las posibilidades de Stevenson e impedir que “se quemaran dos cartuchos en un solo tiro” y hasta se mencionó el posible temor a una derrota.

Más allá de todas las especulaciones, Oscar Valdez no hizo nada que no se esperara que hiciera. Hace mucho tiempo que se viene hablando de este paso en su carrera. Luego de su dramática victoria sobre Scott Quigg, donde el mexicano peleó durante ocho asaltos con una fractura en la mandíbula, ya se hablaba de un cambio drástico en su estilo, un cambio en el manejo de su carrera y hasta un cambio de división.

Las dos primeras premisas ya se cumplieron tras el año de ausencia: cambio de esquina y de estilo. Valdez, que llegó a los primeros planos de la mano de Manny Robles, decidió contratar a Eddie Reynoso buscando, precisamente, un cambio drástico en su boxeo. Tras las dos peleas recientes, ya notamos esa mudanza táctica en el estilo.

Hubo una disminución en su volumen, hay una búsqueda de apostar a la efectividad, al mejor uso de los golpes de poder, algunos retoques a los desplazamientos y sobre todo un trabajo mayor en el control defensivo. Valdez ahora intenta protegerse con otros cuidados, con mejor cuerpeo, se nota que busca mejorar su contragolpe y recurrir al golpeo lateral después del cuerpeo.

Por lo visto en sus dos peleas (Carmine Tommasone y Jason Sánchez), esos cambios demorarán en convertirse en una rutina que pueda ser ejecutada de manera automática. Fueron muchos años de cultivar un estilo fajador que difícilmente pueda cambiarse de una hora para la otra. Valdez por momentos se notó confuso y cometió errores, especialmente cuando debía afrontar la transición entre defensa y ataque o a la inversa. Como es natural en estos procesos, es posible que en su próxima pelea se vea una mejora en la consistencia de su nuevo estilo.

A esos dos factores esperados, cambió de esquina y estilo, se suma el cambio de división ¿Esperado y apropiado? Sí, esperado, apropiado y también necesario. Esperado porque hace un buen rato que el propio Valdez lo había anunciado, apropiado porque se supone que ante el cambio de estilo que le reduce el volumen y obliga a golpear menos, debe poner más poder, más peso en la pegada.

La subida de división trae aumento de peso muscular y, seguramente, el trabajo de Reynoso apunta a encontrar por esa vía una mejora en el poder destructivo del sonorense.

Pero hay otro factor, quizás el más importante y que en el presente involucra a todo el boxeo profesional: la salud del atleta y la comprobada peligrosidad de la extrema deshidratación.

¿Las muertes recientes cambian el respeto a la balanza?

En muchas de las muertes en el ring, el esfuerzo por cumplir con el peso divisional siempre ha estado bajo sospecha de ser un culpable directo o indirecto de la tragedia. No siempre los atletas logran recuperarse tras el esfuerzo para lograr el límite en la báscula y llegan a la pelea vulnerables, algo que aumenta el daño por los golpes recibidos. Este tema ya fue profundamente abordado en nuestra reciente serie Los Kilos Mortales en Boxeo y MMA.

Ante una realidad que golpea de forma tan trágica al boxeo profesional, que cada boxeador profesional analice con otra madurez y responsabilidad la decisión de arriesgar su salud para cumplir con el límite de peso de una división a la que no pertenece, respeta el sentido común más elemental.

Bajo esa perspectiva, es de esperar que el cambio divisional de Oscar Valdez sea el puntapié inicial de una andanada de cambios, especialmente de pugilistas con problemas conocidos para dar el peso o que sus propias dimensiones físicas establezcan la presunción de que también podrían tener problemas con la báscula.

En ese primer grupo incluiríamos a Luis “Panterita” Nery, que debería enfrentar en su próxima pelea por el título mundial CMB de la división Gallo al vencedor de la batalla entre el campeón Nordine Oubaali y el nipón Takuma Inoue. Sin embargo, no hay realidad más documentada que los serios problemas que ha tenido y tiene Nery para cumplir con el límite de peso en esa división.

Le ha costado el título, le ha costado una prohibición de por vida para pelear en Japón, le ha costado una suspensión del CMB y como lo vimos en su última pelea ante Juan Carlos Payano, recién logró cumplir con la balanza al segundo intento. O sea, su salud está en riesgo y además otorga ventajas.

Nery es un candidato directo a subir de peso y tal vez, se quede corto si solo pasa a la división inmediata, los Súper Gallos. Sus problemas hasta permiten suponer que hoy la verdadera división de Nery es la Pluma (126 libras), una categoría en la que no dudamos lo veremos establecido en fecha muy próxima.

Otro púgil que está en una situación muy parecida a la de Nery, es el súper campeón AMB de las 130 libras, Gervonta Davis. Sus problemas con la balanza en esta categoría son conocidos y es posible que su cambio divisional sea inminente. Se maneja una posible pelea ante el cubano Yuriorkis Gamboa que, como se sabe, ya es muy difícil que pueda afrontar un combate en 130 libras y seguramente – en caso de enfrentarse – pactarán un peso intermedio o directamente las 135 libras.

Otros que esperamos no demoren en moverse hacia arriba son el mexicano Rey Vargas, monarca CMB de los Súper Gallos e incluso otro campeón mexicano de esa división, Emanuel Navarrete (OMB), podría también estar cercano a esa subida. Otro monarca que no descartamos en breve se mueva a su división inmediata (135 libras) es el campeón Súper Pluma CMB, Miguel Berchelt, al igual que el supercampeón Pluma (AMB), Leo Santa Cruz, que ya busca rival en la categoría superior inmediata.

Nadie lo asume ni nadie lo ha recomendado, pero es muy alta la posibilidad de que las recientes tragedias del boxeo estén enviando un fuerte mensaje a todos los obreros del ring y el aumento en el número de campeones que deciden renunciar a sus títulos para moverse de división en bien de su salud, sea la principal respuesta a ese dramático mensaje.

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