Boxeo
Bernardo Pilatti | ESPN Digital 5y

Kilos Mortales, una realidad tan dramática como difícil de resolver

Este reportaje es parte de la serie de ESPN Digital, “Los kilos mortales del Boxeo y las MMA”, que investiga las exigencias físicas a las que se someten los peleadores para cumplir con el peso divisional antes de cada pelea y sus consecuencias. 


Durante dos meses, ESPN Digital trató de conocer la realidad del pesaje en el boxeo profesional y el tamaño de los riesgos que enfrentan los peleadores para cumplir con los limites divisionales. A lo largo de siete episodios se lograron testimonios, denuncias, como también graves constataciones. La más importante, el papel protagónico de la deshidratación previa a la balanza en la tragedia infinita del boxeo.

Esa tragedia ha sumado cientos de boxeadores muertos en el ring de manera ininterrumpido durante los últimos 120 años y miles de profesionales de boxeo o MMA con lesiones cerebrales permanentes en cuadros de deterioro de la salud que equivalen a los de una muerte civil.  La dimensión del tema permite abordarla desde muchas perspectivas, aunque su título - Kilos Mortales - es capaz de representar fielmente su escencia fatal.

Elija el tópico que más le interese: La trampa de la deshidratación extrema | El peligro de muerte en el ring | Catchweight o dólares por libras, ¿es delito?  | Púgiles que suben a otra división  |  ¿Son incongruentes las diez libras y el segundo pesaje?  |  La inexistencia de reglas unificadas | ¿Hay culpables, además del propio púgil?  |  Las soluciones propuestas y sus expectativas  |  Punto de vista  

La definición de kilos mortales simboliza la muerte, pero también involucran de manera indirecta posibles delitos amparados en la influencia que los pactos de peso tienen en los resultados de las peleas. Detrás de cada pacto, hay un contrato y el boxeo reciente nos ha enseñado que esos contratos son acuerdos privados, de difícil control e incluso con cláusulas o acuerdos confidenciales que por su naturaleza establecen inevitablemente sospechas sobre su cometido.

Muchas veces cada atleta no solo se juega la vida por aceptar dinero a cambio de una concesión física, también expone su honestidad de manera indirecta al someterse a reglas que afectan sus posibilidades de victoria en una competencia deportiva.

A esas conclusiones se llegó luego de las entrevistas donde todos aceptaron que tenemos un problema muy serio y también reconocen que se debe encontrar una solución. Lo único que no tiene respuesta, es cuándo terminará en el boxeo la amenaza de los kilos mortales.

Desde todos los ángulos en que hemos intentado entender este grave problema enfrentamos las mismas contradicciones. Si el problema es tan grave, ¿que impide resolverlo? En esta última entrega les presentamos el resumen de una realidad tan dramática como perdurable.

La trampa de la deshidratación extrema

La actual generación del boxeo profesional no tiene un problema nuevo por resolver. La deshidratación ha sido parte del boxeo desde que existen categorías divisionales y se ha utilizado el corte de peso como una estrategia para pelear con ventajas en el ring.

En las Artes Marciales Mixtas hay también muertes debido al mismo problema y una situación que a veces es más grave debido a que las diferencias de peso entre una división y otra, son mayores que en el boxeo. Ese tema lo abordamos en nuestro Episodio 4 de esta serie y tiene innumerables testimonios visuales de la exposición de sus profesionales a la muerte.

Como fue el caso del brasileño Daniel Lima, que en 2017 bajó 16 libras en dos días para dar el peso en una pelea que sostuvo contra Daichi Kitakata. A la ceremonia de la balanza llegó casi desmayado por la debilidad y el video de su dramático pesaje se volvió un episodio viral en las redes sociales

Desde el ángulo estrictamente boxístico, en el tercer episodio de la serie, el respetado preparador físico mexicano Raúl Robles, que tuvo a su cargo el desempeño físico de muchos campeones mundiales, apuntó como una verdadera trampa mortal las diferencias naturales de peso, que son utilizadas forzando el cuerpo para conseguir entrar en los límites de la categoría y después recuperarse en la rehidratación.

“Yo creo que se debe recurrir a especialistas y realizarse estudios muy profundos, porque, efectivamente, puede ser hasta peligroso. La mayoría de las tragedias en el ring, directa o indirectamente, han tenido allí su origen, debido al tema del peso, a forzarse, a llegar con un cuadro muy severo de deshidratación, del cual el boxeador no se repone y ello se refleja en el cuadrilátero, cuando empieza a sufrir castigo y se les va prácticamente toda su energía” alertó. “El problema es que algunos boxeadores entrenan para dar el peso y ese es un tema delicado que debe ser regulado”.

Más que una trampa, es en realidad una verdadera ruleta rusa, a la que en el pasado reciente se han expuesto muchos pugilistas. De los casos más dramáticos, la estadística rescata el de Oscar de la Hoya cuando enfrentó a Manny Pacquiao, en la última pelea de su carrera. El Golden Boy pactó un límite de 147 libras en la balanza, pero la deshidratación lo llevó por debajo de esa línea y no logro rehidratar, poniendo en serio riesgo su integridad física durante la pelea. Danny O’Connor, David Lemieux, fueron otros casos citados donde los púgiles terminaron hospitalizados debido al esfuerzo.

El peligro de muerte en el ring

En muchos casos, el esfuerzo en la deshidratación deja al atleta vulnerable, le reduce sus capacidades defensivas y cada golpe recibido durante el combate puede ser una sentencia de muerte.

Precisamente, la Dra. Margaret Goodman, que de 1994 a 2005 supervisó más de 500 peleas de boxeo y MMA, en 2007 alertó que entre los elementos que pueden incrementar las muertes en el ring se incluye la rápida pérdida de peso y la deshidratación, que disminuye los reflejos.

El medico panameño Francisco Sánchez Cárdenas, un reconocido especialista en neurocirugía que, durante su larga trayectoria, entre otros deportistas célebres, tuvo al fallecido “Rockero” Alcázar entre sus pacientes, apuntó también a las consecuencias de la extrema deshidratación como una causa indirecta de muerte en el ring.

“El organismo es de un funcionamiento integral y todas estas cosas que se hacen de manera artificial y forzada pueden tener repercusión en los riñones, pueden tener repercusión en el sistema circulatorio, en el funcionamiento del cerebro o el funcionamiento de cada una de los billones de células que tenemos en el organismo. Porque repito, es un todo, el organismo trabaja de manera integral.”

Con ellos coincidió el Dr. Gerardo Meraz, analista médico de ESPN, al considerar los principales factores de riesgos por la existencia de tantos púgiles profesionales con problemas de sobrehidratación y que en las últimas semanas previo a sus peleas recurren a la deshidratación para cumplir con el límite en la balanza.

“Cuando hay alteraciones de cerca de un 2% en el peso corporal total y existe deshidratación, se producen ciertas alteraciones en el organismo que son perjudiciales. Ya sabemos que muchas veces cuando la deshidratación no es normal, y pasa de lo moderado a severo, puede tener consecuencias peligrosas, como hipertermia, así como consecuencias a nivel cerebral, en la reacción el trastorno cognitivo, la velocidad de reacción baja mucho, incluso hay alteraciones a nivel muscular, la contracción se altera, entre otras cosas”, enfatizó.

“En muchos casos cuando hay alteración cognitiva debido el grado de deshidratación para dar el peso, muchas veces hay problemas de náuseas y vómitos. El peleador puede subir al ring ya con un problema serio, entonces un golpe en la cabeza y en esas condiciones, el riesgo es la muerte”.

 

Catchweight o dólares por libras, ¿es delito?

A nivel del boxeo de primer nivel abundan los acuerdos de pesos pactados (catchweigh) donde una parte (Lado A) le impone a la otra (Lado B) un límite de peso corporal en la balanza. De acuerdo con las respuestas a nuestra consulta, son acuerdos legales y supervisados en sus condiciones básicas por las respectivas comisiones atléticas.

Entre los contratos de mayor repercusión en el pasado reciente, además de varias de las más renombradas peleas de Manny Pacquiao (De la Hoya, Margarito, Cotto, etc), se puede señalar al de las peleas de Saúl “Canelo” Alvarez –Julio Cesar Chávez Jr., Miguel Ángel Cotto–Daniel Geale, Julio Cesar Chávez Jr.-Brian Vera y Floyd Mayweather–Juan Manuel Márquez, entre otros

Sobre esta última pelea, donde mediante el pago de una compensación Márquez aceptó que su rival peleara con más libras de las estipuladas en el contrato, en una columna del 2013 de Nigel Collins, incluida en la serie, el columnista de ESPN escribió: "El pago al oponente con el fin de obtener una ventaja injusta, no sólo es pobre espíritu deportivo, sino también va en contra del propósito para el cual fueron creadas las divisiones de peso. En realidad, es el síntoma de la aberración más grande relacionada con el peso,  el día antes del pesaje", denunciaba.

Sobre el escándalo de Chavez–Vera, el mismo artículo dice lo siguiente: “Para ganarse el cheque más grande de su carrera, Vera, quien ha pasado gran parte de su trayectoria en la división media, fue obligado a aceptar una serie de pesos más altos. Y conforme se acercaba la pelea, y era obvio que Chávez no lograría cumplir con el peso acordado de 168 libras, el límite fue incrementado a 173 libras y una porción de la bolsa que cobraría Chávez fue cedida a Vera”.

Si bien estos son acuerdos aceptados por las dos partes y aparentemente no violan la Ley Muhammad Ali, es evidente que dañan su legitimidad deportiva y dejan a la libre interpretación la posibilidad de que se esté configurando una estafa a la credibilidad del fanático. Ello basado en que un púgil profesional acepta ganar más dinero para cederle ventajas a su rival, lo que, en los hechos según cada circunstancia, sería hipotecar su posibilidad de victoria.

Púgiles que suben a otra división

Otro de los aspectos más dramáticos asociados a las ventajas de uno y desventajas del otro en cada pelea, ocurren cuando se enfrentan púgiles pertenecientes a divisiones diferentes y el lado A, es el que pertenece a la división de mayor peso y no pacta pesos intermedios.

Así se dieron los casos de Guillermo Rigondeaux que subió dos divisiones para enfrentar a Vasiliy Lomachenko; de Mikey García para enfrentar a Errol Spence Jr., de Amir Khan para enfrentar a Canelo Alvarez o de Kell Brook para pelear con Gennady Golovkin, entre otras peleas de alto perfil.

Este ángulo del problema nos permitió descubrir otro aspecto, menos conocido y más angustioso: las peleas que no son de campeonato. En aquellos combates donde no hay títulos mundiales o regionales, es decir, que no cuentan con ciertas garantías de los organismos, la realidad es cercana al “vale todo”.

En el sexto episodio de la serie, el abogado y ex integrante de la Comision de Boxeo de Puerto Rico, Licenciado Miguel Ortega nos marcó el punto de discordia en este punto.

“El control del boxeo en Estados Unidos, está amparado bajo la ley Muhammad Ali Act, que facultó a la Associacion Boxing Comission (ABC) para establecer “unas guías que tienen que seguir las jurisdicciones territoriales, pero que, muchas veces se utilizan únicamente en peleas de campeonato mundial. No son reglamentos que deberían ser aplicables a cualquier evento que sancione una comisión en jurisdicción de los EEUU”, lamentó.“La más básica de las diferencias es el hecho de que en las peleas no titulares, usualmente el único ente supervisor es la comisión local de donde se esté celebrando la cartelera y en las de campeonato mundial o regionales, es donde entran los organismos que sancionan”.

Una muestra de ese desamparo a los púgiles de trascendencia menor en el boxeo profesional, la conocimos en el Episodio 7 de la serie, mediante el testimonio del peso pluma jr. nicaragüense Carlos Guevara. El 19 de diciembre de 2008, él viajó a Estados Unidos para realizar una pelea en Denver, Colorado., luego de haber firmado un contrato por la mitad del verdadero monto de la bolsa, para medirse a Brandon Ríos, un rival que no conocía, en un peso pactado de dos divisiones arriba de la suya (130 libras), sin entrenador, sin sparrings, ni siquiera un gimnasio donde prepararse para la pelea y a la hora de la misma, se vio inducido a aceptar una compensación para compensar el exceso de libras de su rival (139) en la balanza, pero que a la hora de la pelea, según su denuncia, llegó cerca de las 160 libras.

¿Son incongruentes las diez libras y el segundo pesaje?

En el tercer episodio de la serie, el ex campeón mundial costarricense Bryan Vázquez, adujo que el posible límite de diez libras en la rehidratación es escaso y consideró que, quizás, ese límite para un eventual segundo pesaje debería situarse en el promedio de las 14 o 15 libras que son, dijo, lo que aproximadamente corta de peso la mayoría de los pugilistas.

Sin embargo, más que un eventual límite unificado para el segundo pesaje, lo que está en el campo de la controversia es la realización de ese segundo pesaje. Los propios hechos en la evolución de las acciones que buscan resolver el problema, dan razón a la polémica.

En una charla con ESPN Digital, en su momento, la integrante de la Comisión Atlética de California, Martha Shen-Urquidez, reconoció que el mayor avance logrado por las MMA en Estados Unidos, fue pasar el pesaje oficial del día anterior a cada pelea, de la tarde a la primera hora de la mañana. Con ello se le otorga mayor tiempo de recuperación al peleador, minimizando en gran parte los efectos del corte de peso.

Que el boxeo, por el contrario, acepte un segundo pesaje el mismo día de la pelea, con límites pactados que interrumpen la rehidratación trasmite una total sensación de incongruencia.

La inexistencia de reglas unificadas

El fútbol de manera global, al igual que otros deportes, se maneja bajo un control piramidal que ejerce la FIFA. Sus reglamentos son unificados y todo ello puede ser vigilado por los organismos de control de delitos. Basta recordar el más reciente de sus escándalos de corrupción que llevó a prisión a gran parte de sus dirigentes históricos luego de una larga investigación del FBI. El boxeo es diferente. Es regulado por cuatro grandes organismos (AMB, CMB, OMB, FIB), pero el control efectivo de sus reglas pasa inevitablemente por las comisiones de boxeo que dependen de los gobiernos.

En ese punto, de nuestra serie surge la existencia de un verdadero cuello de botella ¿La razón?, la falta de un reglamento unificado. El propio presidente del Consejo Mundial de Boxeo, Mauricio Sulaimán reconoció la existencia de ese caos y las dificultades para resolver un problema grave, ya que, para el dirigente, el control del peso es el enemigo número uno del boxeo.

También reconoció que la falta de seriedad de las comisiones de boxeo en México, es otro dolor de cabeza. Sulaimán alega que su funcionamiento independiente influye de sobremanera en el tema legal y el de las responsabilidades cuando ocurren hechos lamentables.

Tampoco los organismos en su conjunto encuentran un punto de equilibrio y cada uno trabaja por su lado, lo que plantea problemas de difícil solución a la organización de este deporte. El propio CMB, incluso, se ha visto desbordado en su intención de crear reglas internas que luego los propios púgiles se encargan de violar, como, por ejemplo, los controles de peso obligatorios antes del pesaje oficial.

¿Hay culpables, además del propio púgil?

En las consultas a los profesionales sobre la solución desde el punto de vista deportivo, para minimizar los efectos del corte de peso, hubo coincidencias en la necesidad de que cada púgil trabaje junto a equipos de profesionales capacitados y con experiencia probada.

También señalaron la importancia de manejar su dieta supervisada por nutriólogos competentes y el permanente acompañamiento médico a la salud del atleta durante la preparación hacia una pelea importante.

¿Pero qué ocurre cuando ello no se cumple, el boxeador se expone a una fatalidad y esa fatalidad ocurre? El caso de Oscar “Fantasma” González, que abordamos en el Episodio 5, es uno de los más dramáticos debido al corte brutal de peso horas previas a la pelea que desembocó en su muerte.

Al abogado Miguel Ortega, le preguntamos sobre las responsabilidades indirectas o directas en materia penal de quienes, en teoría, deben proteger la carrera del púgil.

“En términos de una eventual acción en daños, mi apreciación es que un boxeador que por engaño o porque quieran aprovecharse de él, lo hagan bajar a un peso inadecuado o bajar de peso en un plazo de tiempo inadecuado, yendo eso en detrimento no solo de la demostración que pueda hacer el día de la pelea, sino de su propia integridad física, pues si tendría obviamente una causa de acción”, afirmó.

Las soluciones propuestas y sus expectativas

Hace unos meses, en California, la Comisión Atlética de ese Estado celebró una reunión con representantes de todos los organismos donde este tema estuvo en el tapete. Hubo recomendaciones, sensibilidad ante la necesidad de instrumentar medidas e intención que requisitos asociados al control del peso divisional que ya se emplean en California se puedan extender a todo el país. Sin embargo, poco parece haberse avanzado en ese aspecto.

El presidente de la Organización Mundial de Boxeo, el Licenciado Francisco Valcárcel, a través de la entrevista que le realizamos para el primer episodio de la serie, formuló un llamado a sus colegas. “Yo sugeriría como una medida en que nosotros, los cuatro organismos (AMB-OMB-CMB-FIB) unamos esfuerzos económicos y procedamos a contratar a una autoridad médica para que realice un estudio y nos haga una recomendación que pueda ser adoptada por los organismos y a su vez enviada a la asociación de comisiones de boxeo de los EEUU para que ellos también la adopten”, dijo.

El dirigente entendió que ese estudio es necesario debido al desconocimiento científico con el que se está manejando ese tipo de situaciones.

A propósito de esa iniciativa, en nuestra consulta a su colega del CMB, Mauricio Sulaimán, cuando le preguntamos sobre esa posibilidad (de ordenar un estudio en conjunto), nos respondió que: “Hemos tenido foros en los que han participado algunos de los organismos y por cierto, con buenas intenciones”, destacó. “Lamentablemente, cada organismo tiene su propia manera de operar y llegar a acuerdos en conjunto no es fácil. No ha sido históricamente exitoso ese tema, en el sentido de llegar a acuerdos que se cumplan y se lleven a la práctica. Nosotros – siguió diciendo - tenemos un comité médico, un comité de manejo y control del peso, tenemos un comité de seguridad para peleas y todo se ajusta a un protocolo y un procedimiento, pero cada organismo maneja su actividad de manera independiente y yo no puedo responder a nombre de los demás.”, insistió Sulaimán.

Es evidente que las opciones para encontrar una solución conjunta son muy reducidas. Sin embargo, hay una clara esperanza de que este tema pueda ser tratado nuevamente este año durante un encuentro previsto para los próximos meses en Rusia y donde estarían representados los cuatro organismos.

Punto de vista

Es imposible desconocer la gravedad del problema y los riesgos de muerte asociados a una práctica, en algunos casos, deshumana a la que muchos pugilistas se someten. En eso juegan muchos factores diferentes entre sí pero que concluyen en lo mismo. Hay púgiles que su naturaleza física los beneficia a la hora de rehidratar, como lo reconoció el ex quíntuple campeón mundial mexicano Jorge “Travieso” Arce. “Hay otros boxeadores que no recuperan nada y esa era la ventaja que yo tenía arriba del ring, que recuperaba mucho peso, por eso ganaba”, dijo.

A ese problema se suman los ya señalados, como las cláusulas de peso en los contratos, las negligencias en los controles y el posible uso de recursos artificiales a la hora de rehidratar, como, por ejemplo, la prohibida hidratación intravenosa que abordamos en la entrevista con el Dr. Gerardo Meraz.

El boxeo o las Artes Marciales Mixtas, como todo deporte de contacto, colocan a cada uno de sus atletas bajo riesgo de muerte o de lesiones cerebrales serias. Cada profesional sabe que asume un riesgo que se verá minimizado en la medida que todo lo que rodea a este deporte funcione como corresponde. Entiéndase ello como el respeto a un deporte cuyos enfrentamientos deben ser practicados entre iguales como primera premisa obligatoria. 

La autorización actaual a que un púgil pueda subir o bajar a pelear en una categoría diferente a la suya sin ser evaluada su capacidad para hacerlo sin riesgos es una negligencia de quienes están obligados a cuidar la vida de los atletas. También es una incongruencia la existencia de libertad de acuerdos, donde se pueda pactar pesos a cambio de retribuciones en dinero. En los hechos eso equivale  directamente, a “la posible venta de una segura derrota”.

La política de cláusulas debería ser erradicada del boxeo, como también la posibilidad de que un campeón elija rivales o elija divisiones de acuerdo con las posibilidades de victoria sobre su rival, ya sea por sus limitaciones boxísticas como también por la posibilidad de que el mismo acepte un buen contrato. 

Si tenemos en cuenta que en este problema el castigo mayor involucra la vida humana, su solución excede incluso las potestades de un deporte de organización caótica y dispersa, donde, tras más de un siglo de existencia, ya está demostrado que es imposible llegar a acuerdos en conjunto, a reglas unificadas o a una mayoritaria intención de que lo deportivo prime por encima del negocio.

Es de esperar entonces, que sean otros los que tomen medidas duras o de lo contrario, como lo sugirió el médico panameño Francisco Sánchez Cárdenas: “hay que regular el boxeo o de lo contrario debería ser prohibido”.

^ Al Inicio ^