El talento nunca sobra en un equipo de NFL, pero hay que ir con cuidado con Brown
Antonio Brown ha firmado con los Tampa Bay Buccaneers. Nadie puede cuestionar que hace un par de año Brown era uno de los mejores, sino es que el mejor receptor de la NFL, pero tampoco creo que exista alguien que pueda defenderlo después de sus muy conocidos dramas que lo han rodeado.
Brown es el último ejemplo de cómo, si tu talento alcanza, los errores cuestan menos o se perdonan más rápido. Los Buccaneers no necesitan a Brown, pero lo firman porque Brady lo pidió y Tampa no está en el negocio de incomodar al QB que los eligió para terminar su carrera. Sin embargo, el dolor de cabeza que representa este receptor no creo que valga la pena.
Steelers se comió un buen golpe a su tope salarial con tal de deshacerse de él; los Raiders, que habían entregado selecciones colegiales, prefirieron darle las gracias; los Patriots, que le pagaron buen dinero, consideraron que no valía la pena, y el resto de la liga prefirió mantenerse alejado de Brown porque si bien el talento es incuestionable, en la NFL se necesita mucho más que solamente talento para ganar.
Los grandes equipos son capaces de triunfar gracias a la profundidad de plantilla, los entrenadores correctos y líderes en el vestidor que permiten que las cosas caminen inclusive en momentos difíciles. Parece que Tampa tiene a las personas indicadas para apagar cualquier fuego que Brown pudiera significar, sin embargo, el talentoso jugador viene con muchos riesgos asociados.
Antonio Brown está de regreso en la NFL y comprueba una vez más que si tienes el talento, siempre habrá alguien dispuesto a correr el riesgo por ti.