La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) dejó la vara muy alta. El despido de Julen Lopetegui a dos días del debut de la Furia Roja en la Copa del Mundo de Rusia 2018 por la filtración de su acuerdo con Real Madrid para convertirse en su nuevo entrenador y el consecuente rechazo mediático constituyó un escándalo antológico.
El histórico defensor Fernando Hierro, a la sazón director deportivo de la RFEF, dejó su cargo y asumió como entrenador de la Selección Española. Sí, 48 horas faltaban para la cita mundialista en la que España quedó afuera en octavos de final ante el local cuando despidieron a Lopetegui, que fracasó en la Casa Blanca: apenas dirigió 14 partidos, incluido un 1-5 en el Camp Nou que precipitó su salida.
Esta situación fue incluso menos dramática que la vivida por el brasileño Carlos Alberto Parreira y el surcoreano Cha Bum-Kun en el Mundial de Francia 1998. Con dos días de diferencia, los entrenadores de Arabia Saudita y Corea del Sur, respectivamente, fueron destituidos ¡en medio de la competencia! Sendos pares de derrotas los sacaron de sus cargos, donde los sustituyeron Mohamed Al Kharachi -en el combinado árabe- y Kim Pyong-Seo -en el tigre asiático-.
Aunque todavía faltan unas semanas para el puntapié inicial de la Copa del Mundo que se disputará en Qatar –y la jurisprudencia nos puede hacer mantener cierto escepticismo–, lo más probable es que no presenciemos un Lopetegui gate de acá al Qatar-Ecuador del domingo 20 de noviembre.
No obstante, durante los últimos meses varios equipos cambiaron de entrenador, en algunos casos escándalo mediante.
Si bien por estos lares Uruguay reemplazó al histórico Maestro Tabárez por Diego Alonso en diciembre de 2021, los motivos fueron estrictamente deportivos y los resultados, positivos. Costa Rica también dio en el clavo con la llegada del colombiano Luis Fernando Suárez en junio de 2021, tras la floja performance de Ronald González.
Los cambios recientes no le fueron ajenos a Europa. En Suiza, Murat Yakin sucedió a Vladimir Petković, que había realizado una gran Eurocopa (eliminó a Francia en octavos y perdió por penales con España en cuartos) y decidió partir hacia el Girondins de Bordeaux francés, donde duró pocos meses; mientras que Serbia cambió a Ljubiša Tumbaković por Dragan Stojković tras la fallida clasificación a la Euro.
La postergación de las competencias continentales de selecciones a causa de la pandemia de coronavirus (la Eurocopa y la Copa América debían disputarse en 2020 y se celebraron en 2021) posibilitó un escenario de cambios en el banquillo más cercanos a la Copa del Mundo que de costumbre. Incluso Hansi Flick tomó la posta de Joachim Löw en una potencia como Alemania a mediados del año pasado, tras la Eurocopa en la que los teutones sucumbieron en octavos de final ante Inglaterra.
La Copa Africana de Naciones, por su parte, tuvo lugar a comienzos de 2022, por lo que los cambios fueron aun más súbitos. Ghana sumó solo un punto y fue eliminada en fase de grupos, algo que no le ocurría desde 2006 (en las seis ediciones disputadas entre 2008 y 2017 alcanzó las semifinales), por lo que la federación nacional cesó del cargo al serbio Milovan Rajevac y contrató a Otto Addo, entrenador asistente de Borussia Dortmund, como interino; el éxito en la fase final de las Eliminatorias ante Nigeria devino en su confirmación como director técnico del seleccionado en mayo, aprobación del equipo alemán mediante.
Una situación similar, pero acaso más insólita, fue la que vivió Camerún. Los Leones Indomables fueron terceros en casa (perdieron por penales con Egipto) bajo la tutela del portugués Toni Conceição, que se preparaba para afrontar la fase final de las Clasificatorias ante Argelia, pero el Ministro de Deportes del país y Samuel Eto'o, presidente de la Federación Camerunesa de Fútbol (FECAFOOT), lo sustituyeron por Rigobert Song, el jugador con más presencias en la historia del combinado nacional, por ¡instrucciones del presidente de la república!
El otro entrenador que pagó caro su mal rendimiento en el torneo continental (cayó en cuartos de final) fue Mondher Kebaier, de Túnez, con la particularidad de que fue relevado por Jalel Kadri, uno de sus asistentes, quien logró el objetivo ante Mali y dirá presente en Qatar como head coach de la selección de su país.
Dentro de las vastas salidas imprevistas, tardías o repentinas, cuatro destacan por sus escandalosos motivos o bizarros matices.
Ryan Giggs, del Olimpo al averno sin escalas
Si uno piensa en icónicos futbolistas galeses, inmediatamente le vienen a la cabeza dos nombres: Gareth Bale, uno de los jugadores más influyentes de la última década, y Ryan Giggs, emblemático mediocampista de Manchester United multicampeón de Sir Alex Ferguson.
Aunque el último no tuvo mucha suerte como jugador de su selección nacional (no clasificó a Mundiales ni a Eurocopas) –a diferencia del primero, más y mejor acompañado y clave para los logros contemporáneos de los Dragones–, parecía haber encontrado su rol en el fútbol galés como entrenador del primer equipo del país.
Llegó en enero de 2018 para reemplazar a Chris Coleman, quien no consiguió el boleto para Rusia 2018 pero logró un histórico tercer puesto en la Eurocopa de 2016. Curiosamente, el oriundo de Swansea renunció para dirigir a Sunderland, colista del Championship, donde estuvo en 29 partidos con una efectividad del 17%.
Giggs clasificó a Gales a la Eurocopa de 2021, pero el 3 de noviembre de 2020 le dejó su cargo de manera provisoria a su ayudante Rob Page, debido a que había sido denunciado por violencia de género por su exnovia. Kate Greville lo demandó por haber sido denigrada, humillada, maltratada, acosada, menospreciada y aislada contra su voluntad entre 2017 y 2020, en tanto Emma Greville, su hermana menor, hizo lo propio por haber sido golpeada y agredida por el exfutbolista.
El nacido en Cardiff, que niega todas las acusaciones, renunció definitivamente a su cargo de seleccionador en junio del presente año. "Ha sido un honor y un privilegio dirigir a mi país, pero es mejor que la Federación Galesa, el grupo de entrenadores y los jugadores se preparen para la Copa del Mundo con certeza, claridad y sin especulaciones alrededor de la situación de su primer entrenador", afirmó quien no quería "afectar, desestabilizar o poner en peligro" la preparación para la cita mundialista. El juicio de agosto terminó sin veredicto, pero Giggs deberá comparecer ante la Justicia nuevamente en julio del próximo año.
En su ausencia, la Gales de Page ascendió a la Liga A de la UEFA Nations League (luego volvió a la Liga B), superó la fase de grupos de la Eurocopa (fue goleada en octavos por Dinamarca) y se clasificó a su primer Mundial en 64 años (escoltó a Bélgica en la zona y venció a Austria y a Ucrania en la repesca). Tras la escandalosa y definitiva salida de Giggs, el otrora DT de la Sub 21 del país británico fue ratificado como entrenador principal y renovó hasta 2026.
La doble salida (política) de Dragan Skočić y el regreso de un conocido de la casa
Gran parte del éxito contemporáneo de Irán se entiende por la presencia del portugués Carlos Queiroz de la línea de cal para afuera. Tras un irregular rendimiento con la selección de su país en Sudáfrica 2010, llegó a Medio Oriente para revolucionar el fútbol iraní.
Clasificó al equipo asiático a los Mundiales de Brasil y Rusia y, a pesar de no haber pasado la fase de grupos en ninguna de las dos ediciones, tuvo grandes rendimientos que lo convirtieron en prócer del balompié nacional. En 2014, empató con Nigeria y estuvo a instantes (y un gol ‘imposible’ de Lionel Messi) de sacarle un punto a Argentina, en tanto en 2018 venció a Marruecos, empató con Portugal y perdió por la mínima ante España, lo que lo dejó a las puertas de una histórica clasificación a octavos de final.
Después de la Copa Asia de 2019 –obtuvo la medalla de bronce– cerró su exitoso ciclo de ocho años en la Selección Iraní. Luego asumió como seleccionador de Colombia, pero fue cesado tras dirigir apenas 18 partidos y dejar complicado al seleccionado nacional de cara al objetivo Qatar 2022. Unos meses después, le llegó la oportunidad de dirigir a Egipto, mas el resultado fue el mismo: 20 partidos con rendimientos regulares, caída ante Senegal por penales y chau al sueño mundialista.
Irán, por su parte, continuó su proceso con el belga Marc Wilmots, que dirigió seis cotejos y renunció tras acusar a la federación de "violaciones contractuales graves". El caso llegó a la FIFA, que falló a favor del DT y obligó a la FFIRI a pagarle seis millones y medio de euros a Wilmots.
En medio de una situación crítica, propia de la época pre-Queiroz, el croata Dragan Skočić se hizo cargo del equipo. En total, el exmediocampista dirigió 18 partidos, con un saldo de 15 triunfos, 1 empate y 2 derrotas (efectividad del 83.33%), más que suficiente para acallar las críticas que enmarcaron su designación.
Sin embargo, cuando Skočić ultimaba detalles para lo que iba a ser su primer Mundial, la federación nacional lo destituyó. En julio, en medio de un turbulento contexto institucional (la FFIRI tenía un presidente interino y esperaba elecciones), el croata había sido despedido y, una semana después, readmitido. Pero cuando el sufragio tuvo lugar y Mehdi Taj, cercano a Queiroz, fue elegido para el puesto que había ocupado entre 2016 y 2019, se cerró la etapa del balcánico al frente del Team Melli, tan solo 74 días antes del comienzo de la Copa del Mundo.
La permanencia o remoción del entrenador había sido, claro, uno de los debates candentes en vísperas de las elecciones, que desencadenaron en el regreso de Queiroz, quien tras fallar dos veces en el objetivo de clasificar al Mundial tendrá una especie de re-revancha.
El karma de Vahid Halilhodžić
El bosnio Halilhodžić tiene una singular plusmarca como entrenador: clasificó a cuatro seleccionados a distintos Mundiales, pero tan solo una vez formó parte de la Copa del Mundo. Hay personas que son el viaje, en este caso de Marruecos, pero no el destino.
Su primera clasificación frustrada tuvo lugar en 2010, con Costa de Marfil. Luego de redondear unas Eliminatorias casi perfectas (no perdió ningún partido), el equipo del bosnio fue eliminado de la Copa Africana en cuartos de final, resultado que sentenció su etapa al mando de los Elefantes.
En junio de 2011 asumió como seleccionador de Argelia, país al que guió a su cuarta Copa del Mundo. En este caso, sí dijo presente en Brasil y el resultado fue histórico: los Zorros del Desierto superaron por primera vez la fase de grupos y perdieron en la prórroga de los octavos de final con Alemania, a posteriori campeón de la competencia.
Halilhodžić no quiso seguir al mando del conjunto de África septentrional y asumió un nuevo reto en Japón, país con el que accedió a Rusia 2018. No obstante, los malos resultados en amistosos de preparación (sí, increíble; aunque también se había visto “afectada la comunicación y la confianza con los jugadores”, según explicaron desde el ente rector del fútbol a nivel nacional) le pusieron fecha final a su ciclo en la selección nipona a dos meses de la cita mundialista. Su férrea disciplina, remarcan, puede haber sido un condicionante.
En esta ocasión, consumada la goleada de Marruecos ante la República Democrática del Congo, poco después de cerrar una aceptable Copa Africana de Naciones, Halilhodžić, el medio pero no el fin por tercera vez en su carrera, fue despedido "dadas las diferencias y visiones divergentes con la Real Federación Marroquí de Fútbol (FRMF)".
El local Walid Regragui, asistente entre 2012 y 2013 de los Leones del Atlas, seleccionado al que representó en su etapa de futbolista, tomó la posta a fines de agosto. Pocas semanas después anunció su primera convocatoria, que incluyó el regreso de un par de futbolistas que podrían explicar la destitución del francobosnio del conjunto magrebí: Noussair Mazraoui (Bayern Munich) y, principalmente, Hakim Ziyech (Chelsea), quien había sido apartado del equipo por resistirse a una convocatoria para partidos amistosos a mediados del año pasado y, luego, fuertemente criticado por el estricto Coach Vahid.
La sorpresiva e inoportuna salida de Paulo Sousa
Una situación similar a la de Suiza con Vladimir Petković, pero aún más dramática, vivió la Selección polaca. El portugués Paulo Sousa, quien como futbolista vistiera las camisetas de Juventus e Inter, entre otros equipos, asumió en enero de 2021 como entrenador del conjunto blanquirrojo, curiosamente después de dirigir al Girondins de Bordeaux, equipo en el que asumió Petković tras su paso por el conjunto helvético.
Al mando de Polonia, equipo liderado futbolística y espiritualmente por Robert Lewandowski, Sousa completó unas buenas Eliminatorias (finalizó en la segunda posición del grupo I, por debajo de Inglaterra), fracasó en la Eurocopa (empató con España, pero perdió con Eslovaquia y Suecia y no pasó la fase de grupos) y, cuando debía afrontar el repechaje mundialista, tomó una decisión inesperada.
Flamengo, que había despedido a Renato Gaúcho, eligió al luso como su entrenador, por lo que este le solicitó a la Asociación Polaca de Fútbol (PZPN) rescindir su contrato. La respuesta del presidente Cezary Kulesza fue contundente: “Se trata de un comportamiento extremadamente irresponsable e inconsistente con respecto a las declaraciones que había venido haciendo el entrenador. Por tanto, me negué tajantemente”.
Los medios nacionales trataron a Sousa de desertor y, a fines de 2021, el oriundo de Viseu decidió pagar su cláusula de rescisión (unos 300.000 dólares), por lo que dejó vacante el puesto de seleccionador polaco. En medio de críticas, Czesław Michniewicz asumió y consiguió la anhelada y sinuosa clasificación al Mundial de Qatar. En la repesca, el apodado Mourinho polaco contó con el hándicap de superar una fase sin jugar, debido a la descalificación de Rusia, y venció a Suecia en el partido definitorio, con goles de Lewandowski y Piotr Zieliński, otro de los baluartes de Polonia.
En junio de este mismo año, tras cinco meses en el cargo del que consideraba “el mejor equipo del mundo”, según manifestó en su presentación, Sousa fue cesado en sus funciones en el conjunto carioca por los pésimos resultados que cosechó en el Brasileirao: tres victorias, tres empates y cuatro derrotas. Aunque en la CONMEBOL Libertadores, el principal objetivo, superó la fase de grupos sin despeinarse (5 triunfos y 1 igualdad), su experiencia en el fútbol brasileño fue efímera.
Flamengo disputa la final del certamen continental, pero sin Sousa. En unos días, Polonia disputará el certamen global, pero sin Sousa.
Con más de tres semanas por delante, muchas cosas pueden suceder, como nos enseñaron Julen Lopetegui, la Selección española y el Real Madrid hace cuatro años y medio. Sin embargo, aunque no despidan a entrenadores en medio de la competencia, algo que solo sucedió (dos veces) en Francia 1998, varias salidas –ergo, llegadas– tan inesperadas como controversiales se sucedieron a lo largo de los últimos meses. Estas, también, reconfiguraron el mapa de una Copa del Mundo que promete ser apasionante.