Manuela Gallardo está desde quinta división en la Primera de St. Catherine´s, un poco más de la mitad de su vida dedicada al arco y lo sigue haciendo porque así lo disfruta: “A mí me encanta, me parece que es fundamental apoyar al equipo siempre, estar ahí para todas, en lo bueno y en lo malo. Tengo que estar atenta a todo, no se me puede pasar nada, pero muy centrada en mí misma y tranquila”.
Más allá de lo que significa para ella portar los pads y defender a su club, también está la parte no tan grata que es lidiar contra la frustración: “No me pregunto cómo lo hago, sé que tengo que seguir, no hay otra forma, tengo que seguir y seguir. Hace mucho nos pasa que tenemos estos altibajos, que de repente tenemos muy buen equipo y nos pasan cosas y bajamos, y hay que seguir, nunca hay que quedarse por vencido”, aseveró la guardameta.
Santa Cata es un club proveedor de Leonas, con la nueva incorporación de Brisa Ruggeri a entrenar con el seleccionado se suma a la lista de las que defendieron ambas camisetas y eso también es una gratificación para Gallardo: “Me encanta. Que a pesar de las intermitencias siempre están dando vueltas. Las quiero acá siempre y aprovecho la oportunidad de jugar con ellas. Personalmente, me fascina jugar con Dona (Mariana Rossi) es una excelente jugadora, es todo, la verdad que la admiro mucho. Mechi (Margalot) también, es una crack”.
A Manuela le gusta más hablar del resto que de sí misma, pero luego de unos intentos se animó a dialogar de lo que ocurrió para pararse debajo de los tres palos: “Llegué al arco por una cuestión física, he jugado de delantera y, acá entrenando, me quitaron la bocha, la pisé y me esquincé… a partir de ese día dije ‘basta, voy a atajar’. Y quedó, me encantó. No salí más del arco, y es difícil, esos sinsabores que te meten un gol y perdiste quizás, pero es un lindo desafío”.
La arquera de Sanca consigue mucho disfrute en su desempeño, pero desarrolló acerca de lo que más le gusta de ser guardameta: “La adrenalina, hay que estar en todo. presión, el equipo, las ganas de seguir, es como la vida misma, es el hockey, es la vida misma. Me encanta venir a entrenar, me encanta compartir con las chicas, jugar por algo en común y pelearlo, pelearlo juntas, es lo más lindo. Sí, y por supuesto sacar bochas, tapar, obvio me fascina. Pero lo más lindo es jugar con mi equipo por algo y conseguirlo".
Después de tantos años en la primera de St. Catherine´s, Manu se pronunció acerca de como intenta estimular que crezca el puesto de arquero en el club de Pilar: “Hay que estar ahí, hablarles, motivarlas, marcarles todo lo que se pueda, hay que incentivarlas porque a veces no nos salen cosas y hay que seguir, hay que gritarles para que no bajen los brazos. Es difícil porque es mostrándolo, es dar el ejemplo en la cancha, estar siempre para tus compañeros y que lo vean, pelear cada pelota hasta el final para que vean lo que es el esfuerzo y disfrutar también de lo que tenemos”.
Además de lo construido, y todo lo cosechado, a sus 36 años, Manuela se atrevió a enunciar el legado que le gustaría dejar en su querido club: “Me gustaría que recuerden como una jugadora que dio todo por Santa Cata por dejarla en lo más alto. También aprovecho para agradecer a todas mis compañeras, porque sin ellas yo no atajaría como atajo, es un ida y vuelta. Cuando lo hago bien se las pongo difícil a ellas y cuando ellas me meten goles me lo ponen difícil a mí. Es eso, es como nos retroalimentamos. Así que gracias a ellas por estar ahí y a la hinchada de Santa Cata”, sentenció Gallardo.