Jack Draper "soportó" la primera ronda del Abierto de Australia y no solo por su rival ni los nervios del debut. Problemas físicos que se transformaron en estomacales lo llevaron a terminar de una manera poco habitual.
Venció a Marcos Giron por 6-4, 3-6, 4-6, 6-0 y 6-2 en tres horas y 17 minutos de juego bajo el intenso calor de Melbourne lo llevaron a un malestar de esos que se hacen imposibles de aguantar.
"Ha sido muy raro todo lo que ha pasado y creo que responde al estrés competitivo que he pasado por debutar aquí, junto al calor que hacía. Sentía mi pecho muy rígido y mi espalda estaba como bloqueada, casi no podía tenerme en pie. En cuanto gané el partido, fue como si mi cuerpo se aflojara porque empezaron a darme calambres en el abdomen. Tuve que vomitar rápidamente y empecé a sentir espasmos en toda la parte superior de mi cuerpo", comentó en conferencia.
"Es lógico sentir nervios y algo de estrés, pero cuando sientes que no puedes respirar, que no te entra el aire, se convierte en un gran problema. Tendré que abordar esto con algún especialista porque me ha pasado más veces. Confío en que cuando juegue más partidos así todo mejore, pero quizá deba buscar soluciones", aseguró el británico.