De antemano se sabía que un Diego Schwartzman-Gael Monfils podía tener de todo pero no para tanto. Y es que el partido correspondiente a los octavos de final del ATP 500 de Viena entre el 16º y el 21º del ranking mundial tuvo cosas interesantes dentro del rectángulo pero también en las adyacencias.
Fue 7-6 (5), 4-6 y 6-2 para el argentino en un partidazo que estuvo lleno de condimentos. Todo con el juez de silla Carlos Bernardes al mando de un descomunal partido que cansó incluso a los que lo ven de afuera.
Y entretuvo como pocos partidos en el año.
Desde una falla en el sistema de IN-OUT que reemplaza a los jueces de línea.
Pasando por con una bronca de parte del argentino hacia el coach del francés.
Y hasta con un alcanzapelotas que sufrió un malestar estomacal.
Fue un partido con todos los condimentos: hasta hubo tiempo para el show tenístico y la buena onda cuando coincidieron cerca de la red en un partido que quedará para el recuerdo.
