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Más negligencia y nueva causa para muerte del "Fantasma" González

Este reportaje es parte de la serie de ESPN Digital, “Los kilos mortales del Boxeo y las MMA”, que investiga las exigencias físicas a las que se someten los peleadores para cumplir con el peso divisional antes de cada pelea y sus consecuencias.


El pasado 3 de febrero se cumplieron exactos cinco años de la muerte del boxeador profesional mexicano Oscar “Fantasma” Gonzáles, luego de una pelea por el título latino del peso pluma CMB y tras una agonía de 36 horas en terapia intensiva. Esa tragedia hasta hoy ha sido uno de los más dramáticos episodios del daño que los excesos en el peso, la deshidratación y la negligencia pueden provocar en este deporte.

El púgil debió perder más de cuatro kilogramos – cerca de diez libras – pocas horas antes del pesaje, lo que ha sido desde entonces considerada como la razón indirecta de su muerte. Sin embargo, un nuevo elemento, poco difundido y en cierta medida desconocido, se suma ahora como otra probable causa para su deceso.

El entonces comisionado de boxeo de Tijuana y actualmente supervisor para esa región del Consejo Mundial de Boxeo, Juan Carlos Pelayo, reveló a ESPN Digital que tiempo después de la muerte del púgil, se supo que el mismo, días antes de la fatídica pelea en el Foro Polanco de ciudad de México, había sufrido un accidente de tránsito en el que se golpeó el cráneo. Ese hecho no fue reportado y pudo haber sido la causa o contribuido al mal estado del boxeador.

La revelación de Pelayo, por más que genera la duda sobre la verdadera causa que desembocó en el deceso del púgil, aumenta el tamaño de la negligencia que existió alrededor de esa tragedia. Una negligencia que el propio dirigente del CMB atacó con duras acusaciones contra la falta de capacidad de algunos responsables de las comisiones de boxeo, a los promotores y a la falta de reglamentos que contribuyan a mejorar el control previo sobre las condiciones físicas de cada boxeador antes de subir al ring.

“Una muerte con muchos culpables”

Así estaba titulada la columna que sobre la muerte del “Fantasma” González, firmaron Raúl Ochoa y Antonio Heras de El Proceso de México el 14 de febrero de 2014 donde, como otros medios, denunciaron las anormales circunstancias que rodearon esa pelea, que fue parte de una cartelera denominada Estruendo en la Capital.

“En su muerte afloran las anomalías: llegó con un sobrepeso de 4.5 kilos respecto del límite establecido para la división pluma, en cuestión de horas fue obligado a bajar de talla y así se le autorizó subir al ring; presentó su salida médica (autorización) apenas horas antes de subir al cuadrilátero y, pese a ello, obtuvo el permiso de la Comisión de Box del Distrito Federal (CBDF). Para ello entregó una licencia de boxeador de Guasave, Sinaloa. Dijo que de esa misma ciudad vendría su salida médica, como marcan las normas, pero al final llegó con membrete de la Comisión de Box y Lucha de Tijuana. Era originario de Veracruz y vivía en Tepic”, denunciaban Ochoa y Heras.

Fue una pelea donde hubo duros intercambios. Al décimo episodio, Oscar González se refugió en la esquina visiblemente indefenso, escupió el protector bucal, apenas atinó a cubrirse de la última andana de golpes y el juez detuvo el combate. Poco después, cayó desvanecido debiendo ser sacado en camilla de la arena. Fue internado con un traumatismo craneoencefálico y daño en el tallo cerebral. Su muerte se produjo debido a un paro cardio respiratorio.

En su crónica de ese día para la página de ESPN en inglés, sobre la muerte de González, Dan Rafael se refirió al comunicado oficial sobe el episodio.

"Estas cosas suceden en el boxeo y nadie espera que sucedan en el ring", dijo a ESPN.com "Jose" Chepo "Reynoso, de Canelo Promotions, que colocó la tarjeta, en un comunicado traducido al inglés. "Aunque no estuvimos en la pelea, sabemos que Oscar recibió el mejor tratamiento en el hospital antes y después de su muerte. Nuestro abogado, Anuar Alvarado, se hizo cargo de la situación y sabemos que hicimos todo lo posible en su nombre."

Debido a que la pelea fue por un título regional del CMB, la familia de González recibió $ 50,000 de una póliza de seguro de la organización que sancionó la pelea.

Cinco años después, la pregunta que necesita una respuesta inevitable es: ¿Qué se ha hecho para impedir que negligencias como la denunciada se repitan en el boxeo de México?

Se lo preguntamos a Juan Carlos Pelayo, el que nos respondió desde Dubai, en los Emiratos Árabes y además de revelarnos un aspecto poco conocido en la muerte de González, de sus respuestas infiere que nada ha cambiado. Peor que eso, como lo denominamos en “nuestro primer episodio”, allí el boxeo también es una bomba de tiempo.

“Están autorizando boxeadores con récord 0-16 o 0-20”

La muerte de Oscar González sigue golpeando duro en la credibilidad y seriedad del boxeo mexicano. Como una herida abierta en la responsabilidad más importante de quienes organizan y fiscalizan este deporte: la salud de los atletas. Pelayo, ante nuestro pedido de una reflexión a cinco años de la tragedia, apuntó en ese rumbo: el de las responsabilidades.

“Lamentablemente, la tragedia de Oscar Gonzáles es un ejemplo de que se tienen que tomar medidas muy estrictas en donde no tenga cabida la influencia de ningún promotor y de ningún boxeador de los que tienen renombre, porque ellos lo que persiguen es lograr el objetivo de que peleen sus muchachos”, dijo. “Lo más importante, por encima de que puedan pelear, es que lo hagan en óptimas condiciones tanto físicas como de salud”

“La muerte de Oscar (Gonzales) – siguió diciendo – es un caso de mucha reflexión, porque a él se le dio una salida médica cuando estaba en perfectas condiciones. Luego, no pudo pelear en Guadalajara para donde se le otorgó la salida original”, manifestó. “Fue entonces que se pospone su pelea para 15 días después, pero en el lapso de ese tiempo – cosas que salen a la luz después – sufrió un accidente con una camioneta y nunca se lo dijo a nadie. Entonces allí creó un problema que yo pienso fue el que terminó por afectarle su salud y su persona, perdiendo la vida”, reveló Pelayo.

¿Usted me está diciendo entonces que, además de los problemas que padeció con el peso, donde tuvo que bajar entre cuatro y cinco kilos antes de la pelea, también González habría sufrido un accidente días antes de la pelea” ?, lo interrumpí, asombrado ante la novedad.

“Si, efectivamente – respondió –, él (González) tuvo un accidente y nunca lo reportó, son temas que más allá que lo reporten o no, tienen que tomarse medidas estrictas y más con ese tipo de peleas que son a 10 rounds para evitar estas situaciones tan dramáticas”, expresó. ‘Hay que pedirles un encefalograma, junto a una revisión muy estricta y yo sé que eso cuesta, pero al final vale más la vida que un examen”

Pelayó consideró que hoy el control médico no es efectivo y en eso les adjudicó las culpabilidades a las comisiones de boxeo del país.

“Más allá de revisar lo que por protocolo los médicos hacen, chequearle reflejos o revisar que no tenga ninguna lesión en el cuerpo, no se hace otra cosa, apenas solicitar cada año los análisis y chequeo general del médico para que pueda pelear.”

El dirigente del CMB, a su vez, sumó otras necesidades que urge adoptar, como en el caso del boxeo femenino. “En el caso de las mujeres es el mismo tema, yo estoy consciente de que en el boxeo femenino uno de los problemas donde más se cuidan, es de que no vaya a estar embarazada la peleadora, entonces es importante que le hagan un examen un mes antes y también 48 horas antes de la pelea”, afirmó.


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¿Hoy no se cumplen esos exámenes o ustedes son quienes no están logrando que eso se haga?, le pregunté

“Las cosas se están haciendo mal – denunció –, lamentablemente muchas veces quienes están al frente no tienen compromiso con el boxeo o no les apasiona, tal vez por desconocimiento o simplemente porque no les importa”, lamentó. ‘En mi caso particular hay (en Tijuana) un boxeador que le decimos el “Ojitos” que yo lo suspendió por bajo rendimiento y ya está peleando de nuevo. Se le están dando salidas medicas a peleadores perdedores, es decir, hay boxeadores que van 0-16, 0-20 y todavía le siguen dando salidas médicas, cuando ya los deberían suspender y no dejarlos pelear”, manifestó.

La solución del problema tiene a muchos responsables de acuerdo con el dirigente.

“El tema es del gobierno y de las comisiones de boxeo, pero también por la falta de un reglamento nacional que sancione a los directivos de las comisiones porque también esa es una responsabilidad”, consideró. “El problema pasa por la necesidad de un mecanismo que permita sancionar a quien, por omisión o por convicción, pueda ser responsable subjetivamente u objetivamente por no haber tomado las precauciones necesarias para que no pase un accidente”.

Pelayo acotó que actualmente se está trabajando muy de cerca con el retirado ex campeón mundial y ahora Diputado Federal Erik Morales sobre la posibilidad de que se genere una ley para que quienes lleguen a las comisiones tengan, además de un perfil apropiado, puedan trabajar con responsabilidad.

“Quienes están al frente de un espacio de esa magnitud, deben asumir con compromiso y ética su posición sin deslindarse. En México el boxeo es un trabajo de alto riesgo y cuando un accidente es causado por la omisión de una comisión o por una conducta falta de ética, deben existir responsabilidades no solo de los médicos, sino del presidente de la comisión o el comisionado”, dijo. “Es lo que deberíamos lograr, que todos los que están al frente sean personas que asuman su responsabilidad y tenga claro que por hacer o dejar de hacer su trabajo, su conducta puede ser considerada legalmente como un delito”, finalizó diciendo