No importa si lo que está en juego es el título del US Open o el número uno del mundo, lo que está por encima es la deportividad. Así lo demostró el noruego Casper Ruud (Nº7 del mundo) en el transcurso del primer set de la final ante Carlos Alcaraz (4º) y mereció el aplauso de todos en Nueva York.
Con el marcador 4-3 a favor del español, una pelota confusa en un rally que terminó con una ejecución del murciano en la red, el tenista escandinavo realizó un acto de grandeza: ante el desconcierto que se había producido, reconoció que la bola había picado dos veces antes de su propio impacto y cedió el punto a su rival.
La pelota había picado dos veces, pero el árbitro no lo vio. El noruego no dudó y le concedió el punto a Alcaraz. Ejemplo total en el US Open.
Finalmente, Alcaraz terminó llevándose el game y posteriormente la primera manga por 6-4. Pero el reconocimiento y la ovación fue para Casper Ruud.