Estreno superado para el griego Stefanos Tsitsipas (8°) en el Masters 1000 de Monte-Carlo, en el cual defiende el título y ensayó una emotiva remontada al vencer 4-6, 6-4 y 6-2 al australiano Jordan Thompson (38°) este martes en el último turno del Court Rainier III.
Sin embargo, el 106° festejo en la categoría, 21° sobre el polvo ladrillo monegasco, del ex número 3 del mundo pasó a segundo plano, a raíz de que su padre, Apostolos, aparecería por primera ocasión en su box desde agosto de 2024, cuando anunciaron a través de redes sociales la ruptura de la exitosa y extensa relación laboral, luego de ordenarle que abandonara su lugar reservado durante la caída versus el japonés Kei Nishikori en el Masters 1000 de Montreal.
"Él ha sido un gran apoyo para mí. No siempre se equivocó, pero también es un hombre de honor. Ya hacía años que quería tomar mi propio camino, pero me resultaba difícil desconectar y dejar ir a mi padre que tanto ha hecho por mí. Las cosas se han mezclado un poco. He perdido ese valor del padre que quiero tener en mi vida diaria personal, convertiéndose más en un sentimiento de negocio", había confesado el dueño de 12 títulos, a prinicipios de temporada, en declaraciones al canal de Youtube Tennis Insider Club.
Ahora, pese a contar desde ese entonces con la conducción de su compatriota Dimitris Chatzinikolaou, quien lo ayudó a consagrarse recientemente en el ATP 500 de Dubai con una misteriosa raqueta, así como no logró impedir duras derrotas en el US Open, Tokio, Abierto de Australia y Doha, entre otras, habría vuelto a acudir a los servicios de su progenitor, al menos desde un rol más familiar para enderezar el barco.
Aún sin mayores confirmaciones respecto al vínculo entre padre e hijo, el heleno intentará acercarse hacia su cuarta coronación en el evento este jueves, cuando enfrente al español Pedro Martínez (51°) o al portugués Nuno Borges (43°) en octavos de final.
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