Pareciera mentira que Rafael Nadal estuvo seis meses fuera del circuito. El nivel y juego que está demostrando dentro de la cancha es sin duda alguna digno de admiración y respeto. Quien diría que una intervención quirúrgica traería consigo una de las mejores versiones jamás antes vistas del español.
En su regreso tras la obtención de su título de Grand Slam N°21, la mochila del máximo ganador de majors masculino no le pesó en absoluto y despachó a Denis Kudla con un 6-3 y 6-2 en apenas hora y cuarto de juego.
Acapulco este año vino con un tinte diferente. No sólo porque Medvedev se podría quedar en la cima del ranking mundial, sino porque el español puede llegar a conseguir el mejor inicio de temporada de su carrera. Con su triunfo ante el norteamericano, igualó las 11 victorias al hilo en el arranque de una temporada suya (12 sumando el walk over de Tallon Griekspoor) también conseguidas en 2014. Si vence a Stefan Kozlov en octavos, romperá ese récord personal.
Además, la ciudad mexicana tiene una romántica historia con el oriundo de Manacor. El 13 veces campeón de Roland Garros no sólo se consagró como el tenista más joven en este ATP 500 (18 años en 2005 ante Albert Montañés), sino que además es el campeón más longevo (33 años en el 2020 ante Taylor Fritz) y puede llegar a superar una vez más esta marca si las cosas le salen bien esta semana.
Tres de las seis veces que disputó Acapulco logró coronarse, aunque las dos primeras fueron sobre arcilla. Un tenista todo terreno que, con 35 años y 20 temporadas disputadas, sigue demostrando que es de los mejores de este deporte.