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La dinastía de Nadal en Roland Garros en perspectiva, ¿es la más grande de todos los tiempos?

"Rafael Nadal lo hizo de nuevo", es esa frase que parece quedar vieja pero se renueva en cada Roland Garros. Resulta inverosímil hasta escribirlo, pero el español consiguió su decimotercera Copa de los Mosqueteros en esta edición y es una de las más grandes, sino la más grande, dinastía o dominio en la historia del deporte moderno.

Desde su primera participación allá por 2005, Nadal ganó 13 de los 16 Roland Garros que disputó. Tiene un récord total de 100 victorias y apenas dos derrotas (Robin Soderling en 2009 y Novak Djokovic en 2015); en 2016 se bajó de su partido de tercera ronda ante Marcell Granollers por dolores en la muñeca.

Además de haber conquistado este número casi irrisorio de trofeos en París, Nadal alcanzó la marca de Roger Federer y junto al suizo lideran la tabla de jugadores con más torneos de Grand Slam ganados, con 20.

En cuanto a lo que a los números respecta, Nadal tiene un 81,3% de efectividad en el Bois de Boulogne en cuanto a sus conquistas en estos quince años que abarcan sus presentaciones en París. En seis ocasiones ganó el torneo incluso sin ceder siquiera un set: 2007, 2008, 2010, 2012, 2017 y 2020.

Desde el primer trofeo del matador en París no hay atleta ni equipo que haya logrado lo que él en un mismo torneo. En cuanto a fútbol, por ejemplo, el Real Madrid ganó cuatro de las últimas siete Liga de Campeones. No obstante, apenas cuatro de las últimas 16, por lo cual su dominio a largo plazo en los últimos años disminuye considerablemente y no tiene equidad respecto con lo de Rafa en París.

En el mundo del automovilismo, Lewis Hamilton ganó cinco de los últimos seis campeonatos del mundo, cediendo en apenas una oportunidad ante quien fuera su compañero en Mercdes, Nico Rosberg. No obstante, en los diez años anteriores apenas ganó uno (2008) sufriendo el dominio del español Fernando Alonso y el alemán Sebastian Vettel en aquella década. En suma, el británico tiene un porcentaje de victorias en los últimos 15 años de 38%.

Durante la década de los `90, los Chicago Bulls representaron uno de los dominios más imponentes en cuanto a lo que a deportes de conjunto respecta: ganaron todas las finales disputadas (1991, 1992, 1993, 1996, 1997 y 1998). Aunque fue uno de los dominios más fuertes de todos los tiempos y sin dudas el equipo liderado por Michael Jordan marcó una época, su superioridad en la NBA no se prolongó durante más tiempo.

En el propio mundo del tenis, la gesta de Nadal es algo sin precedentes. Para un mismo torneo de Grand Slam, sus 13 conquistas son algo inédito y, sus máximos perseguidores en ese aspecto, son precisamente Roger Federer y Novak Djokovic. Tanto el suizo como el serbio ostentan la para nada despreciable cifra de ocho títulos en Wimbledon y el Australian Open, respectivamente, aunque lejos están de los números de Nadal en la capital francesa.

Otro de los deportistas individuales que entra en la discusión de los dominios más absolutos en una misma cita es, sin dudas, el norteamericano Michael Phelps. Desde su primera participación en un Juego Olímpico en Atenas 2004 hasta su último en Rio de Janeiro 2016, el nacido en Baltimore acumuló un total de 28 medallas: 23 de ellas de oro, tres de plata y dos de bronce.

Otro deporte que sabe de legados y dinastías es el rugby. Con el claro predominio de los tres países del sur (Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica) habiéndose llevado todos los mundiales desde el primero en 1987 a excepción del de 2003 (Inglaterra), los All Blacks tienen un legendario predominio en el histórico Tres Naciones, hoy denominado Rugby Championship. Desde 2005, año en que Nadal ganó su primer Roland Garros, los neocelandeces se llevaron 12 ediciones del certamen a excepción de las de 2009, 2015 y 2019.

Una vez en pleno partido Nicolás Almagro gritó irónicamente "tendrá 65 años y seguirá ganando Roland Garros". Solo por una cuestión etaria es imposible, porque Nadal no conoce el significado de esa palabra y así forja, desde hace 15 años, un dominio absoluto sobre París.