En enero de 2020, Sofia Kenin levantó su primer (y único hasta ahora) trofeo de Grand Slam: el Abierto de Australia. La estadounidense, que por ese entonces se posicionaba como la número cuatro del ranking mundial WTA y era una de las jugadoras que prometía mucho protagonismo en el circuito, vivió unos últimos 18 meses muy lejos de las expectativas que se tenía sobre ella.
Después de haber hecho final en Roland Garros 2020, entre enero de 2021 y enero de 2023, la oriunda de Moscú pero representante norteamericana no volvió a disputar a una semifinal WTA. En ese lapso, además, encadenó ocho derrotas consecutivas en primera ronda y llegó a caer hasta el puesto número 426.
Dentro de ese período, Kenin también sufrió varios problemas físicos. Tuvo Covid-19 y una lesión en su tobillo derecho que hicieron que se perdiera seis meses entre mediados de 2021 y comienzos de 2022. Allí fue cuando volvió a jugar con regularidad pero sin grandes resultados, con esa racha negativa antes mencionada.
Su primer buen torneo tras el regreso a las canchas fue en el WTA 250 de Cleveland, en el cual llegó hasta los cuartos de final. Posteriormente, también estuvo entre las ocho mejores en el WTA 125 de Midland.
El ascenso continuó en 2023. En Hobart (Australia), hizo semifinales tras casi tres años. Luego, en Miami, alcanzó la tercera ronda eliminando a una Top 30 como Anhelina Kalinina. En el WTA 1000 de Roma también marcó presencia y sacó a Aryna Sabalenka en segunda ronda. En la temporada sobre césped, pasó la qualy de Wimbledon y dio el bacatazo de la primera ronda al sacar a Coco Gauff.
Ahora, Kenin volverá a disputar una nueva semifinal. Esta vez, en el WTA 500 de San Diego, la estadounidense de 24 años se deshizo de Anastasia Potapova por 6-2, 6-3 y se aseguró volver al Top 65 después de 18 meses. El boleto para la final lo jugará, mano a mano, frente a la ganadora del duelo entre Maria Sakkari y Emma Navarro.