El militar Napoleón Bonaparte solía decirle a su grupo de fieles que "la victoria es de los más tenaces", una frase que pasó a la historia y que el aviador Roland Garros grabó en las hélices de sus aviones. Hoy, ese aforismo luce en una de las tribunas de la Philippe Chatrier, la cancha más emblemática de toda la gira de polvo de ladrillo. Y Carlos Alcaraz (2º), cada vez que ingresa a ese estadio, parece aplicarlo. A base de garra, talento, inteligencia y, principalmente, un tenis de otro nivel, sacó adelante un encuentro más que exigente ante Ben Shelton (13º), a quien derrotó por 7-6 (8), 6-3, 4-6 y 6-4 en 3h19m para avanzar nuevamente a los cuartos de final.
Se trató de un partidazo. Ambos, de hecho, jugaron al máximo de sus posibilidades. Y si la balanza se inclinó para el lado del murciano fue por dos razones: la primera, los detalles en los momentos de mayor tensión. El tiebreak del primer set fue una muestra de ello. Tanto es así que el zurdo contó con dos chances para ponerse 1-0 arriba en el marcador (una con su servicio), pero no logró cerrarlo y su rival lo aprovechó con puntazos desde todas las posiciones del terreno. Luego, sucedió algo similar en el inicio del segundo parcial: Shelton no aprovechó ninguna de las seis oportunidades de quiebre; Carlitos, en tanto, hizo clink-caja en la primera que tuvo.
Ahora bien, en el tercero, el estadounidense rompió el servicio rival por primera vez (y lo hizo por duplicado) y logró estirar el partido más de lo esperado. Pero Carlitos, arengado constantemente por su entrenador, volvió a subir la vara en el cuarto y lo cerró antes de que el panorama se complicara más de la cuenta.
El segundo argumento se sostiene en la jerarquía de los tenistas. El pupilo de Juan Carlos Ferrero sabe lo que es jugar -y ganar- en el Abierto de Francia. Se siente muy cómodo en la cancha que bien podría llevar el nombre de su compatriota Rafael Nadal. Y en el polvo de ladrillo, la tendencia favorece a quien entrenó y convivió toda su vida con esa superficie.
El campeón de la última edición sigue firme en la defensa del título. Su próximo escollo será otro norteamericano: se medirá con Tommy Paul (12º), quien viene de superar al australiano Alexei Popyrin (25º) por un triple 6-3. El historial favorece al oriundo de El Palmar por 4-2, con un último antecedente justamente en París, donde el año pasado se enfrentaron en los Juegos Olímpicos (6-3, 7-6).
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