<
>

¿Qué fue de la vida de...Marat Safin?

ESPN

Marat Safin es, sin dudas, un caracter único que atravesó el mundo del tenis a base de talento y personalidad. El ruso, de 1.93, fue número uno del mundo de la ATP en el año 2000. Logró 15 títulos individuales entre los que se consagró campeón en el US Open del 2000 y el Abierto de Australia del 2005. El ocaso de su carrera fue ante Juan Martín del Potro en 2009, cuando cayó en la segunda ronda del Masters 1000 de París.

"Tenía muchísimas molestias en mi rodilla lo que me impedía poder correr en la cancha. La operación tenía mucho riesgo así que decidí dejarlo todo por mi bien. No me arrepiento de nada de lo que hice. También es cierto que en mis últimos años la fatiga que arrastraba era notable, después de muchos años viajando por todo el mundo para disputar muchos partidos. La fatiga puede combatirse, pero las lesiones no. Lo supe en 2006, cuando regresé después de romperme la rodilla. Ahí me di cuenta de que estaba en la etapa final de mi carrera y que simplemente estaba alargando la agonía, ya que no sentía lo mismo que antes", revelaría -sobre su retiro- años después al portal Sport de Rusia.

Es que luego de su adiós Marat Safin pasó a silencio de radio. Fue Vicepresidente de la Federación Nacional de tenis rusa de manera provisional y luego de dos años la primicia cayó vía comunicado oficial: Safin se iba a dedicar a la política. “Me presento como candidato al Parlamento Federal Ruso. Es un reto nuevo para mí. Me considero una persona inteligente que tiene mucho que aportar, con muchas ideas sobre qué es lo que hay que hacer. Mi compromiso es total”, expuso.

Con su título de abogado bajo el brazo y tan sólo 30 años, Safin se aventuró en la política. Rápidamente se daría cuenta que sus títulos de poco valdrían allí. “No importa si fui número uno o si gane torneos del Grand Slam. Es una parte de la vida en la que empiezo desde el principio. En el Parlamento no puedo romper raquetas. Tengo que ser muy político y muy educado. Tener unas normas. Y tengo que tener la actitud de querer aprender, estando abierto a otras cosas. Si llegás al Parlamento como campeón podés pegarte un golpe muy grande. Se trata de aprender, aprender y aprender. La situación política en mi país es complicada y a la vez interesante, pero ahí dentro te das cuenta de cosas que podés hacer para mejorar y cambiar”.

Ese pit stop de traje y corbata sería entre el 2011 y el 2017, momento en el que determinó que no estaba dando el cien por ciento de sus capacidades a la política. "Tras el fin de mi carrera profesional, como ganador de Grand Slam, tomo parte en partidos de exhibición y de veteranos, y en torneos de la ATP, además de realizar actividades educativas", explicó en una carta que envió al presidente de la "Duma" o asamblea representativa de Rusia, Viacheslav Volodin, en la que expuso que se veía incapaz de compaginar su agenda deportiva con sus obligaciones parlamentarias.

En otro fragmento de su diálogo con Sport de Rusia en 2018 reveló un costado más intimista de su personalidad: "Vivo solo, no tengo novia ni amigos. Soy autosuficiente, no necesito nada de nadie. No es que sea un ermitaño ni nada parecido. Tengo mi círculo social, a los que considero camaradas o colegas, pero no amigos. Tampoco tengo novia ni quiero una. No me interesa construir relaciones con nadie. No quiero tener que estar compartiendo mi vida personal ni escuchar los detalles de otra gente".

"Me siento cómodo viviendo en soledad. Nadie a mi alrededor, silencio, calma. Libertad absoluta para hacer lo que tenga ganas de hacer. Cuando me agobio, viajo por todo el mundo. Cuando me siento descansado, vuelvo a Moscú para estar con mi familia. Mi casa es un lugar sagrado. Es un fuerte para mí, donde puedo estar conmigo y con mi energía. No quiero que nadie altere eso. Solo dos gatos viven conmigo. Amo los animales, pero los gatos más que los perros. Saben cuándo acercarse. Sienten lo que te pasa y es por eso por lo que me encantan", contó.

Pero si bien se mostró reacio a volver a competir profesionalmente, su vínculo aunque tenue y casual con el deporte blanco se acentuaría el último tiempo cuando la Next Gen rusa empezó a escalar a ritmo acelerado en los rankings. "No me negaría a entrenar si algún chico se contactara conmigo, pero no recibí ofertas. Los tenistas no necesitan una niñera así que no viajaría todas las semanas del año, sólo algunas. Hay jugadores interesantes, de buen corazón y alma a los que me gustaría ayudar. No quiero entrenar a villanos", resolvió.

El destino le terminaría brindando un guiño ya que meses antes del parate del circuito pudo disfrutar de desempeñarse como Capitán de Rusia en la ATP Cup en 2020: "Me da muchísima ilusión. Creo que tenemos un gran grupo de grandes tenistas que tienen claro potencial para hacer algo grande en esta competición. Contamos con dos de los mejores jugadores del circuito y la oportunidad de levantar el título de campeón ahí está”. Rusia llegaría a semifinales del torneo, donde caería ante la Serbia de Novak Djokovic, campeón del torneo.