Diego Schwartzman (N°16 del ranking ATP) alcanzó grandes momentos en el tenis a lo largo de sus años como profesional. Las semifinales de Roland Garros 2020, los cuatro títulos ATP con especial atención en el que ganó en casa durante la temporada 2021, las competencias internacionales en las que representó a su país, destacan en una amplia lista. Pero ante cada uno de esos logros sobresale la regularidad que lo ha llevado a establecerse entre los mejores del mundo durante cinco temporadas consecutivas.
En 2014 se metió en el ansiado grupo de los cien tenistas del planeta. Una cifra que, paso a paso, fue ascendiendo hasta establecerse entre los treinta mejores del ranking masculino. El 11 de septiembre de 2017, gracias a las actuaciones sobresalientes en el US Open, dejando en el camino a Carlos Berlocq, Janko Tipsarevic, Marin Cilic y Lucas Pouille hasta meterse en sus primeros cuartos de final de Grand Slam, se ubicó por primera vez en esa franja ocupando el puesto N°28 del mundo.
Un año más tarde, la conquista más imponente de su carrera en el ATP 500 de Río, lo ingresó de manera inaugural en el exclusivo Top 20. Las breves salidas de ese grupo se cortaron en 2019 cuando, cosechando los puntos que logró al clasificarse nuevamente a los cuartos de final del Abierto de los Estados Unidos, se colocó, desde aquel 9 de septiembre, como uno más en la mejor veintena del escalafón mundial, lugar que gracias a la regularidad característica no ha abandonado hasta la actualidad.