Tyson Fury defenderá el campeonato de peso pesado del CMB contra Deontay Wilder el sábado 9 de octubre en el T-Mobile Arena en Las Vegas (9 p.m. ET, ESPN+ PPV). Su tercera pelea lleva casi tres años en proceso, y en el camino, sus equipos, otros boxeadores y el sistema legal jugaron un papel para que fuera realidad.
La ceremonia de pesaje es el viernes a las 5 p.m. ET y se podrá ver en vivo en español por ESPN Deportes y en inglés por ESPN2.
La división de peso pesado del boxeo estaba en un lugar muy diferente el 1 de diciembre de 2018, la noche en la que Fury (30-0-1, 21 KOs) y Wilder (42-1-1, 41 KOs) pelearon por primera vez. Fury, Wilder y Anthony Joshua estaban invictos, con Wilder cargando el título de peso pesado del CMB, Joshua en poder de los otros tres cinturones y Fury con un tenue control sobre el título lineal del peso pesado, tres años después de derrotar a Wladimir Klitschko por tres títulos mundiales. Luego, Fury se tomó un descanso del deporte para concentrarse en su salud mental, tiempo durante el cual fue despojado del título de la FIB en 2015 y dejó vacantes los otros dos títulos mundiales en octubre de 2016.
Fury estaba arriba en las tarjetas de puntuación entrando a los últimos cuatro asaltos, pero Wilder derribó a Fury dos veces, en los rounds 9 y 12. La segunda caída parecía que podría mantener a Fury en el suelo y darle a Wilder una victoria por KO tarde, pero en los momentos finales de la cuenta del árbitro, Fury se levantó y llegó a la campana final. Los jueces anotaron la pelea como un empate dividido, con una tarjeta a favor de Fury y Wilder cada uno.
Tomó poco más de un año para la revancha, ya que tanto Fury como Wilder ganaron dos veces en 2019. Para cuando se enfrentaron por segunda vez, Joshua había perdido sus tres títulos mundiales y luego los recuperó de manos de Andy Ruiz.
La segunda pelea, el 22 de febrero de 2020, lució muy diferente a la primera. Fury prometió un enfoque mucho más agresivo y luego cumplió. Empujó la acción en todo momento, derribó a Wilder en el tercer y quinto round, y para el séptimo asalto, Mark Breland había visto suficiente en la esquina de Wilder y tiró la toalla.
Fury ganó el cinturón del CMB de vuelta y, a pesar de que se había escrito una pelea de trilogía en el contrato de Wilder-Fury II, habría muchos giros y vueltas en el camino antes de llegar a esta tercera pelea.
En los días posteriores a la pelea, Wilder insistió en que ejercería su opción para una tercera pelea. También proclamó que la vestimenta de 40 libras que usó durante su caminata hacia el ring perjudicó su actuación.
Wilder ejerció oficialmente su derecho a una tercera pelea el 1 de marzo de 2020, con una fecha prevista para el 18 de julio, pero la pelea no se concretaría durante más de 19 meses. Wilder-Fury II fue uno de los últimos eventos deportivos importantes antes de que el mundo se detuvo en los primeros días de la pandemia de coronavirus, poniendo en pausa cualquier plan.
En otoño de 2020, se discutió una fecha de diciembre de 2020 en el Allegiant Stadium de Las Vegas, pero el fútbol americano y otros factores volvieron a retrasar la fecha. Un mes después, Wilder recurrió a las redes sociales para decirle a Fury que "sea un hombre y honre su palabra".
En medio de tratar de concretar Fury-Wilder III, se habló de Joshua y Fury en una pelea de unificación del título. Ya en junio de 2020, sus equipos comenzaron a armar el marco para un acuerdo de dos peleas. Incluso en los momentos posteriores de Wilder-Fury II, el mundo del boxeo y algunos de sus boxeadores más prolíficos pedían Joshua vs. Fury.
En marzo de 2021, más de un año después de la segunda pelea entre Wilder y Fury, Joshua y Fury firmaron oficialmente su contrato, y parecía que el boxeo obtendría su primer campeón indiscutido de peso pesado desde Lennox Lewis en abril de 2000 con una fecha prevista para agosto de 2021. Pero las conversaciones para la pelea colapsaron en mayo, cuando un árbitro dictaminó que Fury y Wilder tendrían que cumplir con su contrato inicial y pelear antes del 15 de septiembre. En una semana, acordaron una pelea el 24 de julio en T-Mobile Arena de Las Vegas, con Joshua camino a enfrentar al retador obligatorio Oleksandr Usyk y dudando que alguna vez ocurra la pelea con Fury.
Pero habría otro giro a solo unas semanas de la noche de la pelea. El 8 de julio, la pelea se pospuso después de que Fury dio positivo por COVID. Una semana después de eso, Fury-Wilder III quedó pactada para el 9 de octubre, y esa misma semana, el combate de Joshua contra Usyk se concretó para llevarse a cabo un par de semanas antes de Wilder-Fury III.
Las esperanzas de una megapelea de unificación por el campeonato de peso pesado entre los británicos Fury y Joshua se desvanecieron el 25 de septiembre, cuando Usyk dominó a Joshua en camino hacia una clara victoria por decisión unánime y ganar tres títulos mundiales. Si bien Joshua tiene una cláusula de revancha que él también tiene la intención de activar, Usyk ya está hablando de una pelea de unificación contra el ganador de Fury-Wilder III.
Ahora, todo lo que queda es una pelea de casi tres años de preparación. ¿Fury terminará lo que comenzó en la segunda pelea y seguirá dominando? ¿O Wilder regresará a su forma del final de la primera pelea y recuperará el título que perdió?
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