El heptacampeón de la Fórmula 1, Lewis Hamilton sabe que era imposible correr el Gran Premio de Bélgica, habría sido muy peligroso, pero el hecho de haber dado tres vueltas oficiales con safety car sólo fue una maniobra de la FIA para cumplir compromisos contractuales y evitarse reembolsos a organizadores, televisión pero sobre todo a los aficionados, quienes, al final, fueron los únicos perjudicados.
"El dinero habló", dijo Hamilton a Sky Sports en la transmisión de TV, después de la bandera roja que dio por terminada la 'carrera' en el circuito de Spa-Francorchamps. "Literalmente las dos vueltas para empezar la carrera fueron sólo cuestión de dinero".
El inglés dijo que era dececionante para los fans, a quienes "se les robó una carrera y merecen un reembolso".
"Si todo mundo obtuvo su dinero, creo que los fans deberían tener el suyo de vuelta también, porque desafortunadamente ellos no pudieron ver por lo que pagaron", agregó.
En sus redes sociales, Hamilton reforzó su discurso acerca de la "mala decisión que tomó el deporte".
"Hoy fue una farsa y la única gente que perdió fueron los fans que pagaron buen dinero por vernos correr. Claro que no puedes hacer nada con el clima, pero tenemos un equipo muy sofisticado para decirnos qué pasa y era claro que el clima no iba a mejorar", escribió en un texto que difundió en una historia de Instagram. "Sólo deberíamos haber decretado la cancelación (sin las vueltas con safety car), no arriesgar a los pilotos, y los más importante, reembolsar a nuestros fans que son el corazón de nuestro deporte", se puede leer en parte de su mensaje por escrito.