Novak Djokovic (N°5 del mundo) jugará la final del Abierto de Australia. Una frase repetida en diez ocasiones. ¿Las nueve anteriores? Terminaron de la misma manera: con el serbio levantando el título.
Djokovic llegó con dudas y certezas al primer Grand Slam del año. Desde el lado puramente tenístico, respondió con creces en el primer torneo de la temporada (fue campeón en Adelaida tras vencer a Sebastian Korda en la final) pero desde el punto de vista físico, las sensaciones no eran las mejores y se lo veía con bastantes molestias durante los partidos. De menor a mayor, y escudado con su talento y jerarquía, se las ingenió para sortear los diferentes obstáculos y llegar a una nueva definición. Aquí, repasaremos el camino hacia la final.
En primera ronda se enfrentó al español Roberto Carballes Baena (N°75 del mundo) y lo derrotó por un contundente 6-3, 6-4 y 6-0 en dos horas y 3 minutos de juego. Una sólida carta de presentación en su torneo favorito. En la segunda rueda, le tocó el francés Enzo Couacaud (191°), en la previa un rival mucho más accesible. Hasta aquí, fue el único que le pudo quitar un set. El score fue 6-1, 6-7 (5), 6-2 y 6-0. Por pasajes del partido se lo vio disminuido desde lo físico, pero lo pudo sacar adelante. En tercera se vio las caras con un duro adversario: el búlgaro Grigor Dimitrov (28°). Después de un primer set durísimo que se definió en el tie-break, se vio la mejor versión del oriundo de Belgrado para cerrar la faena por 7-6 (7), 6-3 y 6-4 en más de tres horas.
Desde octavos de final en adelante, llegó el “Nole” versión imbatible. Aquel jugador que no da tregua en ningún momento del partido. La primera víctima fue ante el australiano Alex De Miñaur (24°). En un recital absoluto de tenis, el serbio lo despachó por 6-2, 6-1 y 6-2. 4 aces, 26 winners y 75% de puntos ganados con el primer servicio para cerrar un partidazo. En cuartos, el ruso Andrey Rublev (6°) era el adversario. El ganador de 21 Grand Slams subió la apuesta y jugó aún mejor: 6-1, 6-2 y 6-4 en tan solo dos horas y cinco minutos. 14 puntos ganados directamente desde el servicio y 32 tiros ganadores. Una vez más demostró estar un escalón por encima. En semifinales jugó contra el estadounidense Tommy Paul (35°), una de las grandes revelaciones del certamen. Djokovic sufrió en el primer parcial (llegó a estar 5-1 arriba) pero después fue un monologo de tenis por su parte. El score final fue de 7-5, 6-1 y 6-2.
De esta manera, el 5° del mundo llegó a esta final más encendido que nunca. Con la espina latente de no haber podido jugar el año pasado, vino decidido a ir por todo. Va en búsqueda de seguir sumando logros históricos a su excelsa carrera. De ganar el título, alcanzará las 10 conquistas en el primer Major del año, igualará el récord de Rafael Nadal como los máximos campeones de Grand Slams (con 22 cada uno) y recuperará la cima del ranking (comenzaría su semana 374 como la mejor raqueta del planeta). Para ello, deberá vencer al griego Stefanos Tsitsipas (N°4 del mundo) en una definición que promete ser inolvidable.