F1
Victor Macin Serrano 3y

Checo Pérez: Del 'ya merito' en Sepang, a ganar en Sakhir

Finalmente el piloto mexicano pudo saborear la champagne en lo más alto del podio

El 25 de marzo de 2012, Sergio Checo Pérez quedó a 2.2 segundos de Fernando Alonso, quien ganó aquel día el Gran Premio de Malasia. Esa fue la primera vez que el piloto mexicano –entonces un joven de 22 años- estuvo realmente cerca de ganar en la Fórmula 1.

Aquella noche en México, todo indicaba que pasaría a Fernando –llegó a estar a medio segundo del español. Pero en la vuelta 50 de 56, el Sauber no dobló y se fue de largo en una curva. Pérez, apenas en su carrera 21 de F1, tuvo que conformarse con la segunda posición y un esperanzador ‘ya merito’.

Aquel joven deslumbró a la categoría. Martin Whitmarsh apostó por él y lo firmó para McLaren. En la campaña 2013 tenía que ganar… pero no ganó. Y tuvieron que pasar muchos años, muchas carreras, muchas vueltas para que Checo Pérez volviese a estar en una situación similar.

Ganar en la F1 no es fácil y menos cuando hay una dinastía como la de Mercedes y Lewis Hamilton –solo en esta temporada ese dúo lleva 13 de 16, el resto ha quedado repartido entre Valtteri Bottas, Max Verstappen y los inesperados Pierre Gasly y Checo Pérez. Es aún más complicado cuando no se está en un auto ganador, y el RP20 no es un auto ganador. Pero en 2014, luego de que Checo fuese liberado tras la desilusión en McLaren, el Force India VJM07 tampoco era un auto de podio, y Checo se las ingenió para acabar tercero en Bahréin.

Esta vez, Checo tuvo que sacar todo su ingenio y experiencia. Tuvo que usar todo el carácter forjado a lo largo de tantas batallas dentro y fuera de la pista para sobreponerse a un choque en la primera vuelta que lo depositó último. Curva a curva, vuelta a vuelta, tuvo que remontar posiciones.

Desde 2011, año de su debut, Checo Pérez demostró que tenía manos finas, buen trato de neumáticos y un impecable ritmo de carrera –fortalezas que por supuesto mejoraron con el tiempo. Pero quizás fue en las temporadas 2017 y 2018 cuando el piloto mexicano formó la paciencia y el temple que necesitaría años más tarde. En Sakhir, no hubo impresiones en las maniobras. No hubo movimientos desesperados e incluso se dio el lujo de pasar a Esteban Ocon tan limpiamente que hasta pareció fácil.

Luego de pasar a Lance Stroll y Ocon, Checo se colocó en posición para lograr un podio más –de último a tercero con los dos Mercedes por delante. Nada mal. Pero la diosa fortuna, que según los antiguos griegos favorece a los valientes, sonreiría a Pérez.

Por una parte, en Mercedes, que rara vez se equivocan, se equivocaron. Y por otra, Charles Leclerc se convirtió en un inesperado aliado de Checo, pues aquel incidente en la curva cuatro luego de arrancar, dejó fuera al Red Bull de Max Verstappen. Un rival menos en el trajín de Pérez rumbo a la victoria.

Pero faltaba más. Siempre falta más cuando los Mercedes te persiguen: Cuando George Russell estaba a punto de atacar a Checo por la primera posición, uno de sus neumáticos se pinchó y tuvo que ir a pits. Fue el último guiño que el mexicano de la caprichosa fortuna.

Así cruzó la meta en primer lugar. Así, en su carrera 190, Checo Pérez logró el triunfo que lo esquivó en 2012. Así, evitó otra historia de ‘ya merito’ en el deporte mexicano y ganó. Por fin ganó.

(Ojalá no se quede en ‘ya merito’ su fichaje con Red Bull, y pueda ganar más en 2021).

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