No busquen más. El mejor punto del campeonato lo firmó el italiano Jannik Sinner (1º ATP) en los cuartos de final del Masters 1000 de Cincinnati. Una acrobacia tan increíble como efectiva que viaja directa al archivo histórico del torneo.
El número uno del mundo trastabilló, rodó por el cemento de Ohio y luego de una pirueta mágica se levantó en tiempo récord para responder una ejecución de Andrey Rublev (6º) y celebrar un tanto majestuoso que puso a todo el estadio central de pie.
Una maravilla digna de un genio del tenis que le valió para disponer de una oportunidad de quiebre en el 4-4 del segundo parcial que, sin embargo, fue solventada con éxito por el ruso para reprimir el envión anímico de Sinner en una jornada complicada por el viento.
El joven de 23 años, pupilo de Simone Vagnozzi, Darren Cahill, que avanzó a este encuentro ante su verdugo de Montreal sin jugar por el retiro del australiano Jordan Thompson, se llevó una perlita inolvidable que recorrió el mundo.
Mas allá de no haber podido sacar ventaja en ese game, el italiano se aferró a esa atípica jugada para elevar su nivel, quebrar el servicio del moscovita minutos después y terminar enviando la definición del compromiso a un tercer y crucial set.